miércoles, 30 de diciembre de 2015

Luciano Cabral, un '10' de los de antes

Con la retirada de Juan Román Riquelme se marchó el último gran ‘10’ argentino, una estirpe caracterizada por el toque, la pausa y el talento innato, que tradicionalmente ha puesto una nota singular al fútbol del país. Estas condiciones, cada vez más difíciles de encontrar tanto en Argentina como en el resto del balompié mundial, hacen que sea precisamente más anhelada. La pelea, la lucha y el choque han desterrado casi por completo al jugador elegante, al clásico mediapunta dotado de una técnica privilegiada, al que jugaba y hacía jugar. Sin embargo, siempre hay nuevos proyectos. En Argentinos Juniors, cuna de excelsos futbolistas, tienen uno que apunta maneras. Su nombre es Luciano Javier Cabral, 20 años, (26 de Abril de 1995, Mendoza, Argentina) y en el ‘bicho’ empieza a mostrar su maestría para dibujar jugadas de ensueño que recuerdan que el balón en el pie, además de una filosofía, también es un arte.

Luciano Cabral comenzó a formarse como jugador en el CAI de Comodoro Rivadavia, donde debutó en la Primera B Nacional con tan solo 16 años. No tardó Argentinos Juniors en fijarse en él, incorporándolo para su cantera. Apenas un par de temporadas más tarde, el mítico Claudio Borghi premió sus progresión con las inferiores dándole la oportunidad de debutar en la máxima categoría. Con el descenso de Argentinos tuvo la oportunidad de aumentar sus minutos con el primer equipo de la paternal, además de formar sociedad con su ídolo, Riquelme. En el último semestre ha sido importante en los esquemas de Néstor Gorosito, dejando algunas actuaciones realmente brillantes.

Luciano Cabral es un volante ofensivo zurdo, que puede actuar como interior por izquierda, pero cuya posición natural es la de mediapunta. Enganche típico, por detrás del punta, provisto de absoluta libertad de movimientos y liberado de cargas defensiva. Su función: crear, dar riendas suelta a su fútbol imaginativo y procurar que sus participaciones se traduzcan en producciones ofensivas para Argentinos. Pequeño y sin demasiada consistencia corporal, Cabral encuentra un hándicap en sus condiciones físicas, ya que tampoco es rápido, algo que se acentúa sobre todo en carrera, y que enmascara a la perfección con su velocidad para pensar, ver y ejecutar. Su técnica individual es muy depurada, con manejo de la pelota sensacional, la protege con suma destreza, además tiene habilidad para salir de la presión rival en espacios reducidos, algo que busca con frecuencia desafiando al rival, y se asocia con bastante precisión, sin perder de vista al punta, y con una notable visión de juego que le hacen tener argumentos para ser un destacado asistente. Descarado y atrevido, Argentinos le busca continuamente para ser el faro que ilumine todas las posibilidades ofensivas, y él no se amilana, se ofrece y pide la pelota continuamente. Le falta sumar más incidencia rematadora de cara a la portería rival.

Luciano Cabral es argentino, pero tiene ascendencia chilena, lo que le ha hecho decantarse por ‘la roja’, al menos en categorías inferiores, yendo convocado con la selección sub-20, con la que disputó el pasado sudamericano celebrado en Uruguay e incluso anotó dos goles.  

martes, 8 de diciembre de 2015

Nicolás Delgadillo

Fuente: www.velezsarsfield.com.ar
El fútbol argentino anda de descanso, tras uno de los torneos más estrambóticos que han tenido lugar, y que será recordado por que fueron nada más y nada menos que 30 los participantes, y uno el campeón, Boca Juniors. En este ‘stand by’ varios clubes han aprovechado para modificar muchas cosas, entre otras, como no podía ser de otra forma, los técnicos. Han sido varios entrenadores los que han dejado su cargo y San Lorenzo, Racing o Vélez, entre otros, iniciarán un nuevo proyecto que estrenará comandante. En el caso de éste último, Vélez, será la tercera apuesta desde que Ricardo Gareca decidió poner punto y final a su etapa en Liniers. Ahora llega Christian Bassedas a un banquillo donde ni ‘Turu’ Flores primero, ni Miguel Russo después, han conseguido darle estabilidad. Vélez es un equipo que pelea ante las adversidades económicas con una confianza total en su cantera. Ya en el pasado campeonato llegaron a presentar equipos que estaban compuestos casi al completo por gente de la casa y ya son varias las perlas que se han situado en el escaparate, como son los casos de Emiliano Amor, Lautaro Gianetti, Lucas Romero, Yamil Asad, Jorge Correa o Agustín Doffo.

Al igual que los nombres anteriormente mencionados, nuestro protagonista de hoy también es un producto del inagotable vivero de Vélez. Nicolás Delgadillo, 18 años, (2 de Octubre de 1997, Buenos Aires, Argentina), suma un pequeño puñado de partidos con el primer equipo de Vélez, desde que allá por el mes de Mayo Russo le diera la oportunidad de debutar en un encuentro frente a San Lorenzo. Pocos días antes jugaba en la quinta división del equipo velezano, y desde entonces ha sido de la partida en varias ocasiones como titular, consiguiendo anotar 1 gol y dar 3 asistencias, erigiéndose en una de las apariciones más esperanzadoras del fortín en estos últimos meses.

Nicolás Delgadillo es un extremo zurdo, que también puede jugar algo más centrado, pero que suele hacerlo en su banda natural, el flanco izquierdo del ataque, algo tan lógico como inusual en estos tiempos. Con 1,77 de estatura y unos 70 kg de peso, sus mejores virtudes físicas se concentran en la velocidad, la potencia una vez que inicia la carrera, la agilidad y la habilidad. Recursos en los que se apoya con frecuencia para desempeñar su juego. De muy buen manejo con su pierna izquierda, puede emplear con suficiencia la diestra. Le gusta mirar a portería en cuanto tiene ocasión y ha dejado entrever un disparo desde media distancia más que interesante, lo que incluso le ha valido para encargarse del balón parado. Pero donde Delgadillo se ha mostrado como un jugador especial es en el desborde. Descarado, atrevido y con un gran desparpajo, pide la pelota y encara sin ningún complejo. Llama la atención la cantidad de veces que es capaz de superar a su par en el uno contra uno y desde aquí generar situaciones de peligro. Sabe sus condiciones para desequilibrar y no duda en ponerlas en práctica. Con muy buenos argumentos en el regate, explosivo y difícil de parar en carrera. Esta capacidad para desbordar proporciona una gran profundidad en sus jugadas, que luego suele finalizar con el centro al área, faceta en la que puede y debe sumar mayor precisión.

Fuente: www.velezsarsfield.com.ar
Delgadillo aún es un talento por pulir. Debe aprender a leer mejor el juego en muchas ocasiones, progresar en la toma de decisiones, aspectos en los que puede crecer perfectamente con el paso de los partidos y la experiencia. Con contrato en Vélez hasta 2018, de momento, con menos de una veintena de partidos en Primera, destaca su talento y personalidad para ser importante y superar la presión, lo que hace que ya suena para ir al viejo continente, ya sea directamente a un equipo europeo o previa compra por un grupo inversor.